La empresa de servicios de arquitectura, Bernuz Fernández Arquitectos, se instalaron en Barcelona en 2010 por necesidades de expansión. Su talento en cálculos de estructura son reconocido en el mundo de la ingeniería y apreciados por los mayores maestros de la arquitectura catalana. Se instalaron en una antigua panaderia abandonada de Poble Nou, dejando a la vista tanto los ladrillos de las paredes maestras como la estructura metalica ovoide del forjado. Al ser calculistas, las líneas rectas, limpias e infinitas fueron unas de las principales características a tener presente en el proyecto.
ARLEX participó en la arquitectura y el diseño interior. Desde el inicio, el objetivo de Bernuz y el equipo de ARLEX fue unir el aspecto funcional para satisfacer las necesidades inherentes a su profesión (planos en A0, luminosidad, etc.), con la estética del lugar, de forma que los dos preceptos se fundieran en un solo resultado.