En contraste con la tendencia de muchas industrias que ubican sus oficinas en polígonos cercanos a las grandes ciudades, la empresa Germans Vila ha preferido renovar una vieja granja en una zona rural para crear su nueva sede de oficinas.
El proyecto combina las soluciones más tradicionales del edificio, como los muros de piedra o suelos de gres, con divisorias de vidrio y mobiliario contemporáneo, dando pie a un exitoso contraste entre antiguo y moderno que ofrece altos niveles de funcionalidad en un entorno muy alejado de la imagen habitual de edificio empresarial.