Ambiente luminoso, cálido, sencillo y acogedor. Importancia de la luz y su reflejo sobre los materiales nobles seleccionados. Revestimientos naturales, colores suaves, tierra, piedra, arena, para colchas y cortinas, coordinados con el roble claro del suelo, siempre con confección sencilla y sin artificios. Carácter contemporáneo pero al mismo tiempo diseño atemporal, tonos neutros, elementos discretos y funcionales. Criterio unificador. La propuesta se reduce a los elementos necesarios. El equipamiento de las habitaciones se realiza con un sistema modular laminado en blanco, en cada una de las tipologías se dispone de un arrimadero lineal con el fin de unificar y matizar el espacio, a él se adosan los distintos elementos, camas, escritorios, y baldas corridas lineales, todos ellos con un diseño de líneas geométricas puras. De este modo el conjunto se interpreta como una entidad adaptada a las dimensiones de cada estancia.
El criterio de aunar el conjunto del mobiliario, se enfatiza con la balda corrida y el propio aro de la cama, ambas colocadas a la misma altura y con dimensiones coincidentes. El pavimento es continuo, madera roble claro, en toda la estancia, incluidos los baños, en ellos se mantienen los mismos criterios de diseño que en la habitación, líneas geométricas puras donde la elección de materiales, sin duda es la que aporta el carácter sereno y acogedor al hotel. Tratamiento de la luz cuidado, iluminación indirecta sobre el cabecero para dar calidez al espacio, se busca una atmósfera acogedora al acceder a la habitación.